“Uno es de donde pace y no de donde nace”, totalmente de acuerdo. Además el refranero
español es muy sabio, estoy convencido de ello. Es cierto que dice también que “La cabra siempre tira al monte” pero
aquí discrepo un pelín de gamba, porque depende de que cabra y de que monte. En
mi caso, que soy una cabra macho y adulta, es decir, algo más que un cabroncete,
puedo aseguraros que prefiero otro monte, uno que hay por Venus y tal…
Yo nací, me crié y
crecí en la capital, allí tengo a mi familia, mis amigos, mi pareja, etc., pero
desde hace muchos años vivo fuera de esta ciudad. He estado en el norte, en el
sur, en el este y solo me falta Portugal.
He vivido en
ciudades de todo tipo, una donde hablaban raro, “No pasa res”, “ascolti”, “si us
plau”, y cenaban a las 7 de la tarde como los noruegos. Existía un bosque en
plena Rambla donde paraban unas hadas a tomar copazos. Había cebolletas
servidas en tejas, salchichas con ali oli, judías secas y de postre natillas
con caramelo. Había jamón dulce, leche natural y comían bikinis. Pedir la hora
a un lugareño era fácil, entender su manera de medir el tiempo, más jodido que sacar
unas oposiciones para notario y había una familia sagrada que llevaba de
reformas en su casa más de tres mil años.
He estado en lugares
donde llovía todos los santos días del año y había un tal Santiago en un
Obradoiro, pero no era panadero ni nada. Su animal favorito era un bicho feo de
ocho patas con cabeza de bolsa de basura, que estaba muy rico con pimentón.
Ellos lo llamaban “polvo”. Aunque dicen que todos los caminos llevan a Roma, a
esta ciudad sí que llevaban todos los caminos. Además la gente los hace andando, en bici, en motocarro, en
bulldozer, etc., depende de la promesa de cada cual.
He estado en una
ciudad donde el sol da la vida, donde se escucha, se huele y se siente el mar.
Donde dicen que se esconde una tacita de plata, pero que yo no he encontrado.
Algún que otro Malecón sí que he visto, aunque siendo sincero, no más que en
Chueca o Sitges. Mucha gente va de vacaciones y en verano se llena, a todo el mundo
le gusta, menos a un tal Curro, al que buscan más del 30% de los habitantes de
la cuidad y más de cinco millones en el país. Todos los años por febrero se van
a cantar a un teatro disfrazados y aunque hablan del Falla, allí no queman
figuritas ni tiran petardos. Esta ciudad tiene más arte en cualquier callejuela
que todas las paredes juntas del Louvre.
Ahora vivo en una
ciudad que tiene una mezquita reconvertida al cristianismo, unas ruinas de un tal
Abd al-Rahman III al-Nasir, que curiosamente tienen el mismo nombre que un
grupo de rock, que visionario el tío. Su plato favorito es un gazpacho muy espeso
con huevo duro y tacos de jamón y un San Jacobo redondo, alargado y muy
flamenco. Es curioso, pero a sus gentes cuando terminan de hablar se les olvida
cerrar la boca. Existen tres estaciones,
la de invierno, la de verano y la del tren. Aquí eso de que ya es primavera en
El Corte Inglés, uhmm, pues es mentira, pasas de 3 a 35ºC en un suspiro. La
acepción de rebeca aquí es únicamente la de nombre propio femenino y la del título
de una película de Hitchcock. Hay una plaza de chinos con capucha, pero yo no
he visto a ninguno, donde está el Cristo más mentiroso del mundo, fíjate como
será, que le llaman el “de los faroles”. También hay una plaza a la que llaman
Plaza de Colón. Será por lo limpia que está, porque no hay figurita como en la
de mi pueblo. Y en mayo toda la ciudad está como loca haciendo cruces. Yo sinceramente,
prefiero las rayas.
Vengo de una ciudad
donde esperar más de tres minutos un metro es casi un delito. Donde sí te
equivocas de calle con el coche puedes terminar en Azerbaijan. Hay una venta
muy grande donde no te ponen de comer, pero “pasean” toros de vez en cuando
unos señores con pocas luces y una espada muy larga y afilada. Los domingos,
cientos de comerciantes se juntan y dejan un rastro de variopintos tenderetes
con multitud de artículos en venta. Un barrio donde los fines de semana la
gente se reúne con la Tina para tapear. Es muy famosa pero yo no la conozco. Hay
dos torres inclinadas junto a una plaza muy castellana y una gran puerta donde
nunca se pone el sol. De vez en cuando hacen acampadas en ella, viene la televisión, y la radio, para
entrevistar al tío del megáfono, que creo que es el monitor de tiempo libre del
grupo.
Como es posible que
con tanta mezcla de culturas, costumbres, idiomas, puntos de vista,
idiosincrasia y demás gaitas, bueno esto último solo lo vi en la ciudad del
norte donde nunca deja de llover, uno pueda decir abiertamente de donde es. Yo
me quedo con los mares de la tacita de plata, el bicho feo de ocho patas con
cabeza de bolsa de basura que está muy rico con pimentón, con el bosque donde
paraban las hadas a tomar copazos, el barrio donde la peña queda con la Tina
para tapear y así la conozco y el gazpacho espeso con huevo duro y tacos de
jamón.
En conclusión
podemos decir que uno no es de donde nace, ni siquiera de donde pace, uno
simplemente es de donde quiere ser en cada momento y de donde se siente mejor.
A todos nos gustaría poder coger todo lo bueno de cada uno de los lugares que
hemos visitado y formar nuestro propio lugar de nacimiento. Esto es lo que
llamaríamos o sería lo más parecido a un paraíso.
Por eso, cuando te
pregunten de dónde eres, deberías responder: pues ahora mismo soy de aquí.
Mañana… a saber.
Si alguno se siente
aludido y/o molesto, lo siento, pero no habréis vivido nunca fuera de vuestra
ciudad. No es malo, quizá tampoco sea bueno, es simplemente… otra experiencia
más con la enriquecerse.
Nos vemos, ¿en tu
ciudad?, ¿en la mía?, mejor en la nuestra.
2 comentarios:
Entonces debo de ser un hada, porque yo he tomado allí copazos y me beso por primera vez alguien muy especial! También he recorrido mucho y vivo fuera de mi ciudad, pero me siento muy identificada con todo lo que has escrito acerca de: "Todo". Que bien escribes. Felicitaciones
Muchas gracias por tus palabras Martha. La verdad es que tú también has viajado mucho y vivido en lugares muy distintos entre sí. Es un bonito lugar ese bosque verdad?
Un abrazo y nuevamente gracias,
Publicar un comentario