Cuantas veces te has empezado la lengua al tomarte un café que has pedido con la leche del tiempo? La verdad que este concepto es toda una utopía, es como conseguir desvelar el misterio del triángulo de las Bermudas. Da igual cómo, cuándo y dónde lo pidas... al final lo que te pondrán será un brebaje hirviente que no se lo tragaría ni un fakir anestesiado.
Es hasta cierto punto entendible que el camarero se pase por el forro de su masa escrotal tus indicaciones térmicas al respecto... Imagínate un bar a eso de las ocho menos cuarto de la mañana y todo el mundo con la bulla (gadilismo que viene a decir que hay mucho jaleo, mucha gente a la vez e incluso bastante prisa) para ir a trabajar, pidiéndole a ese pobre empleado. Claro, te toca pedir a ti y te lanzas... quiero un café descafeinado corto de café, en vaso, con la leche templada y sacarina. Ah!! descafeinado de máquina. Ese paciente camarero se acerca a la barra y transcribe literalmente tú solicitud al profesional que se encuentra en frente de la cafetera... El de la mesa 4 quiere un café descafeinado.... antes de que el emisor haya terminado con la exposición láctea, el receptor ya le ha mandado al carajo un par de veces mientras procesa un único pensamiento... por 1.100 euros guarros que me pagan al mes y la peshá (otro gadilismo que quiere decir mucho) que me doy a trabajar me voy yo a poner a hacer experimentos como un puto CSI no te jode! Café con leche y a tomar por culo!!
Otra opción, con bulla o sin ella, es que si vas a tomar café con varios amigos, compañeros de trabajo, de la escuela, de gimnasio, de petanca, etc., la verdad es que este pequeño detalle es totalmente irrelevante, cada uno pedirá un tipo de café distinto… y si no me creéis, os pongo un ejemplo:
Van seis compañeros de trabajo a tomar café al bar que hay al lado de la oficina. Se acerca a la mesa la camarera y les pregunta: - Qué van a tomar? Y comienza el espectáculo. –Yo uno solo con hielo. –Yo un cortado con sacarina. – Yo un manchado con la leche templada. – Pues yo quiero un café con leche, un vaso de agua y un vaso con dos hielos. – A mí me pone (aquí la camarera estará pensando… a mí sí que me ponéis, de los nervios, hijos de puta!) un descafeinado con leche, ah! Descafeinado de máquina. – Y yo quiero (en este momento la camarera piensa para sus adentros… a ver que pide este gilipollas, ya no quedan más combinaciones cafeteriles posibles, tendrá que repetir, pero entonces…) - Un menta poleo. Dice alto, claro, con orgullo y con una leve sonrisa jocosa dibujada en sus labios. En ese preciso momento, la camarera empieza a mascullar para sus adentros… Me cago en vuestra puta madre, pero será posible… vaya manada de tocapelotas que me ha caído. Pero será posible… es que esto es para verlo y no creerlo. Pero mira la parrafada que he tenido que escribir… que más que la comanda de los cafés, parece la segunda parte de Los Pilares de la Tierra… menudos gilipollas!! Pues les voy a poner lo que me salga del higo.
Esto es totalmente entendible y seguro que os ha pasado en más de una ocasión. Por eso, cuando voy a tomar café con varios compañeros y sucede algo parecido, que sucede, y mucho, yo pienso, mientras la camarera apunta con una amplia sonrisa en su cara, tu madre por si acaso.
Luego está el típico, como llamarlo, umhhh, compañero pejigueras (gadilismo que significa tiquismiquis, puntilloso y un poco pesaito) y gilipollas (esto no necesita traducción, en gaditano, un gilipollas también es un gilipollas) que pide… - Quiero un descafeinado con leche, descafeinado de máquina, en taza, con la leche del tiempo, semidesnatada, si es posible y dos sacarinas. Vamos a ver carajote, esto lo ensayas por las noches? Te lo has aprendido de memoria? Lo llevas escrito a boli en la palma de la mano? Quién crees que te va a poner ese café? Un licenciado en filología? Antes de ponérselo señor, se lo viso por el Colegio de Hosteleros de la provincia de Cádiz? En resumen, al igual que el profesional de los 1.100 euros mencionado anteriormente, este aplicado camarero, en cuanto ha visto de qué pie cojeaba el palomo, ha traducido simultáneamente sus deseos. Si, si campeón. Un carajo de goma pa’ ti. Café con leche y chinpum!!
El problema también radica en la provincia en la que te encuentres. Por ejemplo, en Tarragona, ciudad donde viví durante casi dos años, a cualquier líquido del tiempo, ya sea agua, leche, zumo, gasolina y demás, lo llaman natural. Aquí decimos agua fría o del tiempo. Allí dicen agua fría o natural. Con esta pequeña reseña comienzo a exponeros… Uno de los primeros días, quizá incluso el primero, pedí un café con leche templada a primera hora de la mañana, antes de incorporarme a mi puesto de trabajo y me respondió la camarera. –La leche la quiere natural? - Natural? Pregunté y pensé para mí. No mejor pónmela sintética multigrado 20/50 todo-diesel, no te jode!!
Claro, después de la explicación, me vino una gran duda. En toda Cataluña no se tomarán un zumo de naranja natural frío en la puta vida. Como lo pides? – Quiero un zumo natural frío? Nooo, error. En cualquier lugar del globo terráqueo te entenderían, pero en Cataluña no. No puede ser un zumo del tiempo y a la vez frío. Es como estar en misa y repicando, como comprar besugos gordos que pesen poco, perder un imperdible y bla, bla, bla.
Y voy más allá… y si quieren un zumo natural del tiempo? – Quiero un zumo de naranja natural natural. A lo que el camarero le puede responder – Ya te he oído la primera vez!!! En fin, luego pasa lo que pasa… Ese catalán se viene a los madriles y pide un zumo natural natural y le plantan un pedazo de zumo recién exprimido hecho con las mejores naranjas de la Comunidad Valenciana, de esas que en un kilo entran dos y media. – No quería un zumo natural natural? Le pregunta el camarero. – Pues andando… 5 euros y le regalo el azucarillo.
Y voy más allá… y si quieren un zumo natural del tiempo? – Quiero un zumo de naranja natural natural. A lo que el camarero le puede responder – Ya te he oído la primera vez!!! En fin, luego pasa lo que pasa… Ese catalán se viene a los madriles y pide un zumo natural natural y le plantan un pedazo de zumo recién exprimido hecho con las mejores naranjas de la Comunidad Valenciana, de esas que en un kilo entran dos y media. – No quería un zumo natural natural? Le pregunta el camarero. – Pues andando… 5 euros y le regalo el azucarillo.
Estaréis pensando que el zumo natural siempre es del tiempo, ya que las naranjas están en la máquina esa que las coge, las corta, las exprime y las deshecha. Pues sí. Pero también puede ser que las naranjas se encuentren en una cámara frigorífica, para que no se pongan malas. Además, como es mi pensamiento, yo decido dónde guardan las jodidas naranjas, he dicho.
Continuando con el ejemplo de los catalanes, que me ha gustado, y recordando de nuevo que estuve viviendo dos años en Tarragona (debo puntualizar que me trataron de maravilla en esa tierra), al segundo día de llegar, y después de comer con los compañeros, llegó el momento de pedir el café. Cuando me tocó a mí, pues pedí. – Quiero un café con leche. Así, sencillo, directo, claro, conciso. Pues no!! La camarera me mira y me responde: - Un tallat? Yo pensé: Para que cojones quiero yo ahora una piragua? Le respondí: - No, vamos a ver, quiero un café con leche. – Es que aquí al cortado lo llamamos tallat. – Estupendo. Expuse, con la misma euforia que si me fueran a hacer una colonoscopia. – Pero yo quiero un café con leche, no un cortado. La camarera insistía: - Pero es que el café con leche es para el desayuno, aquí después de comer es costumbre tomarse un tallat. Joder con la camarera de los cojones. – Pues ponme un café con leche y dos magdalenas cooooño!!! Y si de paso me traes el remo de la puta piragua esa para darte en los hocicos, mejor, pensé.
Aquí en Cádiz, ciudad donde resido actualmente y donde habitan unos seres maravillosos y excepcionales, los gaditanos, tampoco se salvan de la quema. Tú puedes ir en agosto con 45ºC a la sombra, con la lengua como el estropajo que usaron para limpiar las paelleras de Villa Arriba y Villa Abajo, con la saliva tan espesa que podrías alicatar un cuarto de baño y sudando por todos los poros de tu piel, a un bar, a cualquiera, creedme, he hecho la prueba, y pedir un café con la leche, ya sea templada, fría o del tiempo, que te servirán acero fundido. No puedes ni tocar el vaso joder!! Puedes tardar en tomarte el café toda una peoná (gadilismo que se refiere a una jornada laboral, la cual se compone de 8h con un descanso de 15 minutos para el bocata y 1 hora para el almuerzo). Es más, debes tener cuidado al llevarte a la boca la cuchara una vez movido el azúcar porque te puedes dejar grabado en la lengua el logo de IKEA.
Yo lo he intentado de todas las formas y maneras pero no he sido capaz de conseguir que me pongan un café con la leche del tiempo, bueno sí, una vez, en invierno, un día lluvioso, de esos en los que vas calado hasta el tuétano y hace un frío del carajo. Paradójicamente, ese día lo pedí con la leche caliente.
En fin, quiero puntualizar que no tengo nada en contra de los catalanes ni tengo favoritismo por los gaditanos. Para ser justos, debo confesar que no todos los gaditanos son gente excepcional, en Jerez de la Frontera…
Además, conociendo este país, si no hay costumbre, pues te las inventas y punto. Zaragoza, mil novecientos noventa y pico, en un bar, un joven madrileño… Si, era yo. Pues estaba con mi primo Javi tomando un algo cuando escuché una voz detrás de mí que le pidió a la camarera un carajillo de pacharán descafeinado con sacarina. Tócate los huevos!!, pensé. Me di la vuelta y vi a un anciano de unos tres mil años que me miraba con resignación mientras me decía: - Es que la cafeína me va mal para la tensión… que si el azúcar no, porque lo tengo muy alto… Me parece cojonudo, pero se calzó un lingotazo de pacharán que no se lo salta un gitano. Ole sus huevos.
Yo creo que para evitar estos problemas interprovinciales, de lenguaje y costumbres, el tema de los cafés debería estar reglado por una norma. Te imaginas? Norma UNE 58002 y R.D. 993/2011 por el que se rigen las Disposiciones mínimas de tipología, mezcla, temperatura y servidumbre de los productos del café en el territorio Español. De este modo, daría igual donde fueras. Un café con leche sería un café con leche. Por ejemplo:
Café con leche de máquina; se compone de ocho gramos de café molido (torrefacto y/o natural) filtrados con una presión mínima de 8 atmósferas durante no más de 12 segundos, en un caudal de agua de 7 centilitros a 90ºC y se dispensará sobre taza con asidero o vaso normalizado de 25cl. de capacidad. El resto se recubrirá con leche UHT hasta un total de 20 a 22cl. a una temperatura no superior de 70ºC. Para café con leche del tiempo, la leche variará dependiendo de la temperatura ambiente. Para cafés con leche templada, esta no superará los 30-35ºC. Para cafés con leche caliente, su temperatura no será inferior de 55º ni superior a 70ºC. La cafetera cumplirá con la Norma ISO 9001, dispondrá de Certificado CE y sello de AENOR claramente visible en el costado derecho de la misma.
Así es como se deberían hacer las cosas COOÑOOO!!! Tanto mamoneo (gadilismo que entre sus muchos significados se encuentra el de perder el tiempo, marear la perdiz, etc.) de nuestros políticos en el Congreso con decretos y leyes absurdas… Poneos a currar en algo que de verdad interesa al ciudadano!!!
Fe de erratas: Bulla lo que es bulla a las ocho menos cuarto de la mañana en un bar de Cádiz, no sé, no sé. Uhmm… a las siete y media? No sé, no sé. Lo que sucede en Cádiz es que además de mucho arte hay muchas ganas de trabajar, o mejor dicho, muchas ganas de encontrar un curro.